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La Filosofía de Shinichi Suzuki (1898-1998)

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Consiste en una enseñanza musical temprana dirigida a niños a partir de tres años en adelante cuyo objetivo final es educar a los niños a través del aprendizaje de un instrumento. La música y la práctica instrumental se convierten en herramientas altamente motivadoras destinadas a desarrollar en el niño actitudes y capacidades como: la concentración, la memoria, el oído, los hábitos de estudio diario, la motricidad fina y gruesa...y, lo que es más importante, su autoestima y su talento.

La involucración de los padres desde el primer día de clase es fundamental e imprescindible. El triángulo que se forma entre padre-hijo-profesor, la escucha y práctica diarias en casa, el disfrute y participación totalmente activa en las clases de grupo, el refuerzo positivo constante, y la metodología basada en el aprendizaje de la "lengua materna"...son aspectos que convierten a este método de enseñanza musical en una metodología innovadora, única y muy beneficiosa para cualquier niño del mundo.

Lo más provechoso de este método no sólo es una eficaz metodología para el aprendizaje de un instrumento, sino que también es una auténtica filosofía de vida. Ésta se basa en el respeto al niño como persona única e individual y en la idea de que todos, con un entorno adecuado (de impregnación, trabajo progresivo y motivación), podemos desarrollar cualquier aptitud o capacidad y, de este modo, lograr cualquier objetivo en la vida.

Según el creador de la filosofía del Método Suzuki...¡Todos los niños tienen talento! Suzuki pues lo denominó la "Educación del Talento".

Este lema queda bien demostrado al observar que todos los niños del mundo aprenden, de forma natural, a hablar su lengua materna (para lo cual es necesario mucho talento). Vamos a recordar cómo nuestro hijo aprendió a decir sus primeras palabras "mamá" y "papá".... y ¡la gran sonrisa que nos iluminó la cara!
 

 

¿Cómo aprende un niño a hablar?

Shinichi Suzuki estudió el proceso de aprendizaje de los niños desde su nacimiento, llamado "aprendizaje de la Lengua Materna", y observó una serie de pautas comunes a todos los niños:

  1. Desde que nace, el niño escucha sonidos y reacciona a ellos. Principalmente, a la voz de su madre, su padre, sus abuelos, etc.

  2. De forma reiterada, los padres estimulan a sus hijos repitiendo constantemente palabras como: mamá, papá, yaya, etc.

  3. A medida que los niños comienzan a decir las primeras palabras, los padres reaccionan de forma positiva, alegrándose por los avances de sus hijos. Les refuerzan positivamente con sonrisas, besos, caricias…

  4. La práctica y la repetición hace que el niño forme palabras y las asocie a su significado. Posteriormente, va enlazando palabras en frases simples y va mejorando su pronunciación (imitando de forma fiel el ejemplo sonoro de sus seres más cercanos).

  5. Una vez integrado el lenguaje oral, el niño se inicia en la escritura.

  6. En definitiva los niños saben hablar antes que escribir.

 

¿Qué conclusiones podemos deducir de éste proceso de aprendizaje
tan eficaz?

  1. Crear un ambiente (o entorno) adecuado para nuestros hijos influye notablemente en el desarrollo de sus habilidades latentes.

  2. Los padres somos los principales educadores del niño. Somos los primeros ejemplos a imitar que observan nuestros hijos y los pilares emocionales que les animan y alientan en la perseverancia y el afán de superación.

  3. La escucha y la repetición hace que los niños absorban e integren el lenguaje de forma natural.

  4. La alegría de los padres motiva y estimula al niño a seguir esforzándose.

  5. La estimulación temprana es muy importante ya que las capacidades sensoriales están en pleno desarrollo en este momento y los niños son como "esponjas".

  6. La práctica diaria favorece la repetición y el repaso de las cosas ya aprendidas y su unión con las nuevas.

 

¿Qué pasaría si desde pequeños los niños se ven envueltos en un buen entorno sonoro-musical?

Los niños que han sido rodeados de un entorno musical desde su primer día de vida (incluso durante el período de gestación) desarrollan rápidamente habilidades como: la escucha, la atención, la sensibilidad, la creatividad, la memoria. Se acostumbran a vivir esos sonidos musicales de forma natural, con un sentimiento placentero y reconfortante, ya que, los asocian al entorno músico-emocional familiar creado por sus padres. Ésta era la idea de Shinichi Suzuki… Educar y desarrollar positivamente a los niños desde el primer día de vida ("desde la edad 0").

 

El Método Suzuki y los instrumentos musicales

Un profesor de método Suzuki tiene en todo momento que tratar de ser el soporte, el conductor, motivando al alumno constantemente desde el amor a la música y a los niños. Debe tener acreditada su formación y certificación adecuada y el conocimiento de la Filosofía del Método Suzuki para poder transmitirla.

El profesor método de Suzuki siempre está en constante formación, acude a encuentros de profesores donde se beneficia del intercambio de ideas, a Cursos internacionales, ayudándole siempre a mejorar y a ayudar a un mejor desarrollo de la Filosofía del Método. Y siempre respeta la evolución personal del proceso de aprendizaje de cada alumno, sin imposiciones, con lo cual a través de la música el niño logra desarrollar su propia personalidad.

En Musicórum aplicamos el método Suzuki con los siguientes instrumentos: piano y violín. En el caso del violín y la flauta travesera, los instrumentos están adaptados al tamaño de los alumnos, y "crecen" al mismo tiempo que ellos.

En la enseñanza de flauta travesera con Método Suzuki se emplean los siguientes instrumentos, desde la edad ideal de comienzo (3-4 años) hasta los 9 años, cuando el niño ya puede utilizar una flauta tradicional:

  • Pífano, de plástico o de metal. Recomendado para los principiantes más jóvenes (3 a 5 años) por la escasa presión de aire necesaria para hacerlos sonar. Sin llaves, con 7 orificios. Los modelos más económicos cuestan unos 8 euros.

  • Flauta en re con cabeza curvada, que hace accesible a los brazos de los más pequeños (4 a 6 años) el cuerpo con llaves adaptadas. La limitación de su registro grave hasta la nota re reduce considerablemente el peso de esta flauta. Precio alrededor de los 200 euros.

  • Flauta en do con cabeza curvada. Es la flauta tradicional en todo su registro pero con la cabeza curvada para alcanzar más cómodamente las llaves. Se puede utilizar a partir de los 7 años y, sustituyendo la cabeza curvada por la convencional, sirve como flauta de estudio tradicional a partir de los 9 años. Los precios oscilan entre los 200 y 400 euros según calidad.

En la enseñanza del violín, nos referimos a las medidas de los violines y violonchelos utilizando el instrumento de tamaño de adulto como referencia, denominándolo un 4⁄4, es decir, un entero.

Los tamaños proporcionalmente más pequeños se les denomina por fracciones de la siguiente forma: 3⁄4, 1⁄2, 1⁄4, 1⁄8, 1⁄10 y 1⁄16, que son los que corresponden a los niños que no llegan a poder tocar cómodamente el entero, por la razón de tener el brazo y los dedos también proporcionalmente más cortos. Es un motivo natural y puramente práctico, que hay que ir adecuando de la misma forma que lo haríamos con la ropa o los zapatos. Por otro lado, las violas siguen una escala de medidas propia y diferente.

MÉTODO SUZUKI

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